Barranquilla

viernes, 28 de septiembre de 2012

Sobre la vida y la obra del arqueólogo Carlos Angulo Valdés. 1914-2001.



LA ARQUEOLOGIA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULO VALDES

Por Jorge Villalón

Texto publicado en la Revista Jangwa Pana No. 2. Santa Marta: Programa de Antropología de la Universidad del Magdalena, 2002.

El 9 de Julio de 2001, falleció en Barranquilla el arqueólogo Carlos Angulo Valdés a la edad de 87 años, después de haber trabajado durante más de medio siglo en la reconstrucción de la historia temprana del Caribe Colombiano. Este trabajo pretende hacer un recuento de su trayectoria como investigador, una síntesis de sus mas importantes aportes a la arqueología y, dentro de lo posible, señalar los posibles derroteros investigativos que se desprenden de su minuciosa y contundente obra. En ningún caso se trata de un estudio exhaustivo, como tampoco de una biografía, sino que mas bien se quiere ofrecer una visión histórica de la arqueología del norte de Sudamérica, tal cual la entendió el propio Angulo, cuando repetía una y otra vez su frase preferida: “La arqueología es historia o no es nada”.
Las raíces de Carlos Angulo se encuentran en Ciénaga, por parte de madre, y en Baranoa por parte de padre. Hijo de una familia sencilla, estudió primaria en Barranquilla en un colegio del Barrio Abajo y luego hizo su secundaria en la Escuela Normal del Litoral Atlántico, en donde obtuvo el título de profesor de básica primaria. Después de un tiempo de trabajar como maestro en una escuela de primaria, se hizo merecedor a una beca en la Escuela Normal Superior en Bogotá en donde obtuvo el título de Licenciado en Ciencias Sociales y Económicas, un período de su vida muy fructífero en el cual tuvo la suerte de aprovechar las enseñanzas de destacados profesores colombianos, y sobre todo, de un grupo de científicos que vivieron en los años cuarenta en Bogotá como refugiados de la segunda guerra mundial, entre ellos el español Pablo Vila, los alemanes Gerhard Masur y Rudolf Hommes. Durante su permanencia en la Escuela Normal Superior aprovecha muy bien su tiempo y estudia en forma paralela en el Instituto Etnológico Nacional que dirigía Luis Duque Gómez. Cuando estaba culminando sus estudios en 1946, a los 32 años de edad, y en razón de haber sido un gran estudiante, tuvo la oportunidad de quedarse como profesor de la cátedra del distinguido geógrafo español Pablo Vila, quien había aceptado un puesto en Venezuela y pensó en Carlos Angulo como la mejor opción en remplazo de sus cursos de la Normal Superior. Tuvo además, en ese momento, otra gran oferta para participar como investigador en un proyecto nacional de la Contraloría General de la República para hacer una geografía de Colombia. La tercera oferta la recibió en el mes de Marzo de 1947 desde Barranquilla por parte del rector de la recién fundada Universidad del Atlántico, don Rafael Tovar Ariza, quien le solicitaba que regresara a Barranquilla para que se pusiera al frente de la tarea de dirigir el Iinstituto de Investigación Etnológica, creado el 28 de Enero de ese año. Rara vez en la vida se le presentan a una persona tres posibilidades tan buenas como las que tuvo Angulo que lo puso en una situación muy difícil para decidirse por una de ellas. En primer lugar intentó descartar la oferta del rector Tovar, para esto le envió una amable carta en la cual le dice que acepta el puesto, pero le adjunta una lista de exigencias tan grandes, que el rector no pudiera satisfacer, luego desistiera de sus deseos para que de esta manera no perdiera tan valiosa amistad. A vuelta de correo, Angulo recibió un breve  telegrama en el cual el rector Tovar le manifestaba que aceptaba todas sus exigencias y que los pasajes estaban a su disposición en el momento que lo quisiera. Como Angulo fue siempre un hombre de palabra, no tuvo mas alternativa que regresar a Barranquilla para ponerse al frente de la tarea de fundar una disciplina y de crear de la nada un museo arqueológico.